Se hace un círculo con los participantes y nos sentamos en el suelo, entre ellos tiene que haber una distancia de separación de 2 metros. Se les explica que vamos a hacer una orquesta con un director/a. Uno de los jugadores ha de adivinar quién es ese director/a. El animador/a decidirá quien va a ser la persona que adivina y se le va a mandar a un sitio donde no vea la elección del director/a que dirige la orquesta. Los niños/as y niñas imitarán tocar los instrumentos o hacer gestos que va marcando la persona que dirige (hacer que se toca el piano, dar palmas, dar golpes con los pies, etc.) La orquesta va a seguir el ritmo que imponga la persona que dirige, por lo tanto, los miembros tienen que estar atentos a su director/a para cuando este/esta decida cambiar el ritmo, pero con disimulo. Si todos/as estamos mirando fijamente al que vamos a designar como director/a, fácilmente será descubierto.
Al adivino/a le vamos a dar tres intentos para ver si pilla al director/a de la orquesta. Lo importante es intentar que el adivino/a no vea la designación del director/a. La elección del director/a se hace en silencio, para que el adivino no se entere antes de tiempo. Si en el transcurso de los tres intentos adivina quién es el director, ocupa un sitio en la orquesta y es el antiguo director el que pasa a hacer de adivino/a. Si el adivino/a no logra su objetivo, tienes que designar a otro para seguir el juego.