Se coloca a todos los niños y niñas en un círculo, respetando los dos metros de distancia de seguridad. El animador/a plantea: “Estas son las gafas de la desconfianza; cuando llevo estas gafas soy muy desconfiado/a. ¿Quiere alguien ponérselas y decir qué ve a través de ellas?”
Entonces, la persona que se las ponga tiene que decir cómo ve el mundo y hacer una pequeña representación diciendo lo que piensa sobre un tema interpretando el rol de una persona desconfiada.
Después de un rato, se sacan otras gafas que se van ofreciendo a sucesivos voluntarios (por ejemplo: la gafas de la “confianza”, las gafas “sonrientes”, del “yo lo hago todo mal” (o “yo todo lo hago bien”), del “chulo/a”, del “nadie me acepta”, etc.) Cada persona tiene que interpretar su papel, y el resto de niños y niñas tiene que hacerle preguntas.
El animador/a podrá darles un pequeño guión para los personajes que les toque improvisar.
Tras finalizar la representación, cada uno explicará cómo se ha sentido.